El
sonido que generan los aparatos odontológicos, es sinónimo de miedo o de temor,
que en algunos casos tienen que ser vencidos con anticipación para poder dejarse
atender por el odontólogo.
El
miedo frente al tratamiento odontológico puede ser o no conocido por el
paciente. A la hora de tener asistir a dicha consulta automáticamente genera
resistencia a ser tratados en el consultorio. El principal factor es el miedo,
miedo al dolor, a las agujas, al sonido.
El
haber tenido experiencias anteriores traumáticas, haber perdido piezas
dentarias, malos resultados y consecuencias puede crear un sentimiento de fobia
en el paciente hacia el odontólogo.
La
confianza se deposita en el profesional, un entorno tranquilo y predecible, un
consultorio organizado, la seguridad que transmite el profesional, todos son
factores que transmite el profesional, todos son factores que favorecen la
desaparición de los miedos.
Miedo
al odontólogo.- el paciente al estar sentado en el sillón dental se siente
indefenso e imposibilitado de impedir algo o que se realicen cosa sin su
consentimiento, es por eso que se recomienda que el profesional explique al
paciente los procedimientos que se van a realizar en su boca. Es importante
crear un estado de confianza en pacientes que no colaboran por vergüenza en que
se vea la apariencia de sus dientes. El paciente muchas veces siente temor en
ver los distintos instrumentos o al ver agujas que se utiliza en odontología, en
la actualidad existen distintos métodos y técnicas que favorecen al paciente y
evitan el dolor que se sentía con una odontología antigua.
Si el
paciente está muy nervioso o siente mucha ansiedad, se le permite al paciente
que se levante dl sillón dental o efectúe ciertos movimientos durante el
tratamiento, dar cierta libertad de movimientos puede ayudar aliviar este miedo.
Es posible detectar a una persona que presenta una odontofobia, tales reacciones
pueden ser: evitar hablar de odontólogos o de tratamientos, taparse la boca al
hablar con otros o al sonreír, tener problemas para comer y no hablar de ellos,
automedicarse al sentir dolor. Al estar frente a una persona con estas
características no significa que estamos con alguien que se identifique con una
odontofobia pero si con una persona con mucho miedo por el odontólogo.