El hilo dental es
uno de los elementos básicos de debe ser utilizado para nuestra limpieza bucal
diaria. Conocido también con el nombre de seda dental se la utiliza después de
cepillar los dientes y se lo debe utilizar tres veces al día.
El cepillo dental no
abarca a limpiar todas las superficies interproximales de los dientes, por lo
tanto los restos alimenticios no serán removidos en su totalidad, es aquí que
el hilo dental interviene limpiando y retirando estos restos, de tal manera que
si no son removidos luego serán transformados en placa bacteriana y así
formarán la caries interproximales.
Se corta el
hilo aproximadamente unos 30 a 50 cm. Enrollándolo en los dedos medios que
servirán de soporte o base para la estabilización del mismo y con los dedos
índice y pulgar nos deslizamos a cada una de las superficies, introduciendo el
hilo entre cada diente, llegamos suavemente, introduciéndolo un poco por debajo
de la encía, abrazamos la cara del diente y bajamos, luego con otra parte limpia
del hilo volvemos a introducir el hilo en el mismo sitio y abrazamos la cara del
diente de alado y bajamos. Este paso lo hacemos hasta completar cada rincón se
nuestra cavidad bucal. Así retiramos los restos alimenticios alojados en cada
uno de las superficies interproximales, como ultimo paso lo acompañamos con el
enjuague dental para obtener una optima rutina de limpieza bucal.