Es el
procedimiento que consiste en aceptar a un paciente, reconocer que tiene un
problema y descubrir la causa de éste, e idear un plan de tratamiento que
resolverá y aliviara tal problema. La metodología a desarrollarse para la
planificación del diagnostico comprende etapas fundamentales como: la anamnesis
o interrogatorio, el análisis por imágenes (aspecto radiográfico) y si es
necesario solicitud de análisis complementarias.
ANAMNESIS O INTERROGATORIO.-
Es la técnica de interrogar al paciente que nos conduce a la investigación, al
surgimiento de signos y síntomas presentados en el proceso patológico.
La
historia clínica debe ser recogida y registrada de manera ordenada en forma de
preguntas definidas. Comprende la principal queja (motivo de la consulta),
historia actual y anterior de la patología. Las informaciones generales,
contenidos en la historia médica también son esenciales para facilita el
planeamiento y estructuración del diagnostico. Frecuentemente el paciente
informa que es portador de una enfermedad, lo que exige del profesional el
conocimiento necesario para el correcto uso de terapias.
Varias
condiciones sistémicas quieren cuidados especiales, siendo que en algunos
momentos el paciente no tiene conocimientos de su existencia. Entre ellos
destaca: diabetes, hepatitis, tuberculosis, anemia, sida, etc.
PRINCIPAL QUEJA O MOTIVO DE LA CONSULTA.-
Representa la finalidad que motivo al paciente a solicitar el tratamiento,
normalmente presentando el síntoma de dolo. Debe ser descrita con las propias
palabras del paciente, preguntas precisas y bien definidas, dirigidas:
¿QUÉ LE
MOTIVÓ A BUSCAR TRATAMIENTO?
¿CUÁNDO SURGIÓ EL DOLOR?
¿CÓMO ES EL DOLOR?
¿DÓNDE SE LOCALIZA EL DOLOR?
¿QUÉ FACTOR ESTIMULA O DISMINUYE
EL DOLOR?
¿DURACIÓN DEL DOLOR?
¿INTENSIDAD DEL DOLOR?