AMELOPLASTIA
La
ameloplastia consiste en modificar levemente la superficie del esmalte con fines
preventivos, terapéuticos, o mixtos. Este procedimiento puede realizarse:
a) En
superficies lisas
b) En
hoyos y fisuras de molares y premolares
La
ameloplastia debe ser complementada: Remineralización del esmalte, con un
sellador o con una restauración preventiva adhesiva.
AMELOPLASTIA EN SUPERFICIES LISAS
Si la
lesión cariosa o mancha blanca continua en su avance se transformara en una
pérdida de sustancia del esmalte que consiste en la rugosidad o una pequeña
cavidad detectable con el explorador. Se procede a desgastar un poco la
rugosidad del esmalte y transformar esa pequeña cavidad en una zona más amplia,
plana o levemente cóncava bien pulida que no tenga sitios donde pueda
depositarse la placa bacteriana. La técnica es la siguiente.
a) Leve
desgaste de la superficie del esmalte con una piedra diamanatada de forma
biconvexa o con fresa de doce filos a mediana velocidad hasta que el esmalte
subyacente este liso y firme, no rugoso.
b) Pulido
del esmalte con discos de papel de grano fino, ruedas o puntas de goma abrasiva,
cepillo y pómez, lavado y secado.
c) Aplicación
tópica de flúor.
AMELOPLASTIA EN HOYOS Y FISURAS DE MOLARES Y PREMOLARES
Se
recomienda la ameloplastia no solo para evitar la extensión preventiva
innecesaria en surcos sanos, sino también como medida preventiva en forma
similar al empleo de selladores, ya que ambos métodos son eficaces para prevenir
la reiniciación de las lesiones cariosas. Se utiliza la ameloplastia en algunos
casos para reducir la extensión preventiva en cavidades para amalgama o para
composite, con buenos resultados.