ODONTOLOGOSECUADOR.com

Artículos para odontólogos

FACTORES RELACIONADOS A LA LOCALIZACIÓN DEL IMPLANTE Y EL TIPO DE PRÓTESIS EN LOS IMPLANTES ENDO-ÓSEOS CLÍNICAMENTE OSEOINTEGRADOS

 

Dr. Miguel Cevallos-Lecaro

Estudiante de Post-grado del Centro de Implantología Dental,

Departamento de Estomatología, Universidad de Carlos en Praga,

Facultad de Medicina en Hradec Králové, República Checa

migueldclec@hotmail.com

  

doc. MUDr. Antonín Šimůnek, Csc

Departamento de Estomatología, Universidad de Carlos en Praga,

Facultad de Medicina en Hradec Králové, República Checa

 

RNDr. Eva Čermáková

Director del Centro de Implantología Dental,

Miembro del Departamento de Biofísica Médica de la Universidad de Carlos en Praga, Facultad de Medicina en Hradec Králové, República Checa

 

doc. MUDr. Věra Hubková, Csc

Directora del Departamento de Estomatología

   
Publicidad

RESUMEN 

El presente estudio seleccionó un total de 47 pacientes, los cuales portaban un total de 103 implantes Impladent®, Lasak s.r.o., República Checa, de 3.7 mm de diámetro, considerados exitosos o sobreviviendo.  Se evaluó los implantes utilizando el Índice de Placa de Sliness & Löe (IP), el Índice gingival de Löe & Silness (GI) y el sondaje del nivel del sellado mucoso periimplantario (PAL).  Se utilizó además técnicas radiográficas estandarizadas para medir la pérdida ósea (PO) al nivel de la cresta tanto en mesial como en distal. Los resultados demuestran que bajo condiciones óptimas de procedimiento quirúrgico, carga de fuerzas e higiene, no hay cambios significativos en los tejidos duros y blandos periimplantarios. La localización del implante y el tipo de estructura protésica pueden influir en la acumulación de placa bacteriana. El tipo de prótesis puede influir en los valores de resorción ósea crestal, la cual disminuye cuando el número de implantes que la soportan aumenta.

 

Palabras Claves: Implantes dentales, localización, prótesis, placa bacteriana, resorción ósea.

 

SUMMARY 

The present study evaluates a total of 47 patients, with 103 Impladent® fixtures 3.7 mm in diameter (Lasak s.r.o., Czech Republic), which were considered successful or survival implants. The fixtures were assessed by using Silness & Löe’s Plaque Index (IP), Gingival Index of Löe & Silness (GI), and Periimplant probing “attachment” levels (PAL). The bone loss parameter (PO) was assessed by using standardized radiographic techniques. The results have demonstrated that under optimal conditions of surgical placement, loading, and hygiene, there are no significant changes in both the hard and soft periimplant tissues. The implant site and the suprastructure type can influence the periimplant plaque accumulation. The suprastructure type influences the marginal bone loss levels, which is decreasing by increasing the implant number.

 

Key words: Dental implants, localization, prosthesis, plaque, bone loss.

 

INTRODUCCIÓN 

La condición de los tejidos que rodean los implantes dentales es quizás el tema más estudiado en Implantología Dental.  Sin embargo su importancia no pierde vigencia y su investigación se mantiene hasta la actualidad. 

Desde que Brånemark publicó en 1977 sus resultados, presentando la oseointegración (1); la Implantología Dental ha experimentado un cambio revolucionario, convirtiéndose en un tratamiento más predecible. 

Sin embargo, la oseointegración tampoco puede ser considerada una condición permanente (2) debido a que existen una serie de factores que afectan su durabilidad. 

El sitio de colocación del implante implica una serie de circunstancias variables, entre las que podemos anotar: la calidad ósea (3,4), las fuerzas oclusales (4) y al igual que en la dentición natural la acumulación de placa (5). El tipo de prótesis también se encuentra relacionado con las fuerzas oclusales (6,3) y la acumulación de placa (7). Dichos factores pueden condicionar la larga durabilidad de un implante en función. 

El presente trabajo pretende estudiar la relación del tipo de prótesis y la ubicación del implante con la condición de los tejidos periimplantarios en situaciones consideradas exitosas o sobreviviendo.

 

MATERIALES Y MÉTODOS 

Para nuestro estudio fueron seleccionados un total de 47 pacientes, los cuales recibieron un total de 103 implantes Impladent®, Lasak s.r.o., República Checa, de 3.7 mm.de diámetro.  De este grupo, 24 tenían una superficie de hidroxiapatita y 79 una superficie de titanio (Blasted surface Impladent®). 

Los pacientes incluidos en el estudio, presentaron rebordes alveolares de tipo A de acuerdo a la clasificación de  hueso disponible de Misch (8).  La densidad ósea fue determinada al momento de la cirugía utilizando el método de Lekholm & Zarb (9). 

Los implantes debían reunir las condiciones necesarias de acuerdo al criterio de Albreksson et al. para ser considerados exitosos (2) o sobreviviendo (10).  La higiene fue evaluada por medio del Índice de Placa de Sliness & Löe (IP).  El estado de salud de los tejidos blandos periimplantarios fue evaluado utilizando el Índice gingival de Löe & Silness (GI).  Se realizó además un sondaje del nivel del sellado mucoso periimplantario (PAL), que es un sondaje de la profundidad del surco en relación con un punto referencial, para así monitorear la pérdida o migración del sellado a través del tiempo.  El estado de los tejidos duros fue evaluado radiográficamente cada año utilizando técnicas estandarizadas y midiéndose la pérdida ósea (PO) al nivel de la cresta, tanto en mesial como en distal.  Los resultados obtenidos en las radiografías, fueron comparados con los valores de base recabados durante la cirugía de segunda fase (11). 

En nuestro estudio, el sitio de implantación fue evaluado y clasificado en cuatro grupos: anterior, posterior, maxilar superior y maxilar inferior.  El tipo de prótesis en nuestro grupo de estudio presentó tres variantes: corona individual, prótesis fija y sobredentaduras.

 

El análisis bioestadístico de los datos incluyó: 

·     Tablas de contingencia (prueba de Fisher, prueba de McNemar).

·     Estadística descriptiva.

·    Prueba t de Student, la prueba no paramétrica de Mann-Whitney y la prueba de Wilconxon.

 

Para el análisis de comparaciones múltiples, fue necesario modificar el nivel de significancia a, de tal manera que la significancia total af no supere el número aplicado.

 

RESULTADOS 

Debemos dejar en claro que en la presente publicación no se estudia las posibles diferencias entre implantes con superficie de titanio e implantes con superficie de hidroxiapatita, porque esto no formaba parte de nuestro objetivo actual. 

La localización de los implantes puede ser descrita de la siguiente manera: 50 implantes ubicados en el maxilar superior, 53 en el maxilar inferior, 70 se ubicaban en la región anterior y 32 en la región posterior. 

Los valores de densidad ósea se distribuyeron de la siguiente manera: 9% de los implantes fueron colocados en D1, 45% en D2 y 46% en D3. 

El tipo de estructura protésica arrojó los siguientes valores: 60% de los implantes presentaron una prótesis fija, 18% coronas individuales y un 22% sobredentaduras. 

Los valores de PO tuvieron una media de 1.3 mm. después del primer año de la implantación, después del segundo año la media fue de 0.03 mm. y después del tercer año la media fue de 0.13 mm. 

El PAL presentó una media de 0.23 mm. después del primer año, 0.58 mm. después del segundo año y 0.18 mm. después del tercer año. 

 

Análisis cualitativo 

Estudiando la relación entre la localización del implante y la calidad ósea la prueba de Fisher presentó un resultado estadísticamente significante (p<0.001) cuando se comparó las regiones anterior y posterior.  La tabla 1 muestra los porcentajes obtenidos. 

El IP fue estadísticamente significante durante el primer año (p<0.01) y la acumulación fue evidente sólo en regiones anteriores.  De esta región el 79.7% de los implantes no presentaron acumulación de placa, el 17.4% presentó grado 1 de acumulación y el 2.9% presentó grado 3 (Gráfico 1). 

Comparando el IP en relación con los maxilares superior e inferior, la prueba de Fisher presentó significancia estadística en cada año de estudio.  Durante el primer año (p<0.001), el 6% de los implantes ubicados en el maxilar superior y el 1.02% en el maxilar inferior, presentaron acumulación de placa.  Durante el segundo año (p<0.05), la acumulación de placa sólo fue notada en un 3.01% de los implantes del maxilar inferior.  Al tercer año (p<0.01), la acumulación de placa estuvo presente únicamente en el maxilar inferior. 

La prueba de Fisher encontró además significancia entre el IP y el tipo de prótesis durante el primer año.  El 16% de los implantes con prótesis fija presentaron acumulación de placa.  Para las coronas individuales el porcentaje fue de un 10.5% y un 9.5% para las sobredentaduras. 

La comparación de los resultados anuales entre sí fue realizada mediante la prueba de McNemar en tablas de contingencia, los resultados no confirmaron alguna diferencia estadísticamente significativa entre ellos. 

 

Análisis cuantitativo 

En esta parte fue utilizada la prueba t de Student y en caso de no presentar significancia estadística, se aplicó la prueba de Mann-Whitney para confirmar una no-correlación absoluta. 

Comparando la relación entre la pérdida ósea crestal y la localización por regiones anterior y posterior, la prueba t de Student encontró significancia (p<0.05) durante el primer año y el tercero (Gráficos. 2 y 3).  El mayor valor durante el primer año fue de 37.5% de implantes que presentaron 1 mm. de resorción crestal mesial en regiones posteriores.  En el tercer año el mayor valor fue de un 40% de implantes que mostraron 1 mm. de pérdida ósea distal en regiones posteriores. 

La prueba de Mann-Whitney encontró una diferencia estadísticamente significante (p<0.05) entre la resorción ósea crestal mesial y la localización por maxilares en el segundo año.  Las mediciones obtenidas se presentan en los gráficos 4 y 5, demostrando una mayor pérdida ósea en el maxilar inferior. 

Estudiando la relación con el tipo de prótesis, sólo se encontró una diferencia estadísticamente significante (p<0.05), cuando se comparó la resorción ósea mesial en el segundo año, entre coronas individuales y sobredentaduras.  Sin embargo, durante el primero y el segundo año, el mayor porcentaje de pérdida ósea se encontró en coronas individuales.  En el tercer año, la mayor resorción fue encontrada en sobredentaduras.  Durante el estudio de seguimiento los porcentajes más bajos de pérdida ósea se presentaron en prótesis fijas. 

Nuestro estudio no encontró diferencias estadísticamente significantes en relación con los valores PAL. 

La comparación de los resultados anuales entre sí fue realizada por medio de la prueba de t y la prueba de Wilconxon.  Los resultados no confirmaron diferencias estadísticamente significativas entre los mismos.

 

DISCUSIÓN 

Nuestro estudio trató a los implantes como una unidad de análisis.  Esto fue asumido en concordancia con la posición de Steflik et al. (12).  La experiencia y observaciones clínicas nos han demostrado que la conducta de respuesta de los tejidos periimplantarios en implantes colocados en un mismo maxilar puede variar de una a otra fixtura. Sin embargo esta observación no tuvo soporte estadístico en nuestro estudio. 

Investigaciones previas han reportado PO y pérdida de niveles de sellado periimplantario como cambios en los tejidos periimplantarios relacionados con implantes exitosos y sobreviviendo (2,13,14,15).  En nuestro estudio de tres años, pudimos observar los mismos fenómenos. 

Las mediciones de PAL presentaron un incremento de los valores durante el segundo año y un decrecimiento al tercero.  Al igual que Weber et al. (15), no pudimos encontrar diferencia estadísticamente significativa, lo cual sí ha sido reportado por Behneke et al. (16).  Los valores de PAL presentaron además una diferencia estadísticamente no-significativa en regiones anteriores, en maxilares superiores y en coronas individuales.  Esto podría ser explicado en el hecho de que en estos casos, el compromiso estético suele requerir la colocación del margen entre la corona y el componente protésico por debajo del margen gingival.  La hipótesis del espacio biológico periimplantario podría sustentar este hallazgo (17), sin embargo, no podría explicar por qué este fenómeno es continuo.  Hasta ahora no existe explicación científica alguna para este suceso. 

Radiográficamente los implantes fueron calificados satisfactoriamente.  Ninguno de los implantes presentó signos que pudieran haber sido catalogados como negativos. 

Es conocido el consenso unánime de que el PO es un signo patológico, que puede conducir a la pérdida del implante.  Sin embargo, de acuerdo al criterio de Albrektsson et al. (2) es aceptado un máximo de 1.5 mm. de PO durante el primer año y luego se considera como aceptable un PO anual menor a 0.2 mm.  Nuestros valores no excedieron el criterio mencionado.  Aunque no se encontró una diferencia estadísticamente significante entre los resultados de cada año, cabe destacar que pudimos encontrar diferencias entre el PO mesial y distal.  Esto podría confirmar que los implantes endo-óseos exitosos o sobreviviendo no presentan una resorción ósea significativa después de la colocación de los mismos en el hueso. 

Uno de los resultados más importantes es la relativa rápida resorción ósea durante el primer año después de la colocación del implante, seguida de un dramático decrecimiento de la misma en los años subsiguientes.  Este PO inicial incrementado es estrechamente asociado al estrés (17,18,19,20). 

Nuestros resultados no han demostrado alguna correlación entre la acumulación de placa y los cambios en los tejidos periimplantarios, lo cual no sorprende considerando que la agresividad de la placa es asociada con la calidad de la misma y no con su cantidad (21).  Sin embargo, queremos dejar en claro que nosotros aceptamos el indudable hecho de que la higiene dental juega uno de los roles más importantes en el mantenimiento de los tejidos que rodean al implante. 

Al igual que en otros estudios (3), encontramos que la calidad ósea tiende a ser en regiones posteriores menor que en la región anterior de la mandíbula. 

Nuestros resultados sugieren que las regiones anteriores retienen más placa bacteriana que las posteriores, esto podría ser explicado en el hecho de que las demandas estéticas obligan a una modificación del diseño de la prótesis que puede resultar en una mayor dificultad para la limpieza. 

Un estudio reciente no ha encontrado diferencia estadísticamente significante entre la localización del implante y los valores de PO (22).  En nuestro estudio las regiones anteriores y posteriores presentaron diferencia significativa en PO mesial durante el primer año y en PO distal durante el tercer año.  Los valores fueron mayores en la región posterior en contraste con Weber et al. (15) y Manz (14). 

El PO en otros estudios es más asociado con implantes colocados en el maxilar superior (14, 15, 23).  En nuestro estudio este valor estuvo más relacionado con implantes colocados en la mandíbula. 

En nuestro trabajo, el PO presentó los porcentajes más bajos en implantes con prótesis fijas, esto podría confirmar el hecho de que incrementando el número de implantes, podemos controlar mejor y disminuir el estrés y los momentos de flexión durante las cargas (3,6). 

Evaluando la acumulación de placa, los resultados fueron más altos en maxilares superiores durante el primer año, especialmente en prótesis fijas y en los controles subsiguientes la acumulación de placa fue advertida sólo en maxilares inferiores. Nuestro criterio explica esta situación mencionando nuevamente las demandas estéticas de la prótesis en especial en zona anterior del maxilar superior, lo cual puede dificultar inicialmente la limpieza, de ahí que los controles y un refuerzo en la instrucción de la técnica adecuada de limpieza jueguen un papel importante en el control de la acumulación de la placa bacteriana.  Otro importante punto a mencionar es el hecho de que la mayoría de nuestros pacientes que requieren un tratamiento con implantes en el maxilar inferior son pacientes edéntulos totales de avanzada edad senil. Las limitaciones motrices de muchos de ellos hacen de la higiene de los implantes un procedimiento más dificultoso, que usualmente requiere mayor control e intervención por parte del profesional. 

Los autores consideran los siguientes puntos como factores que limitan este estudio: 

·     Un estudio de tres años es un período corto para obtener resultados que nos puedan ilustrar la situación de los implantes a largo plazo.  Sin embargo, otros estudios han utilizado el mismo período de tiempo para evaluar la condición de los implantes y proporciones de éxito (16,24,25).

·     Los métodos usados en implantología dental son más adecuados para evaluar tejidos periodontales.  El uso de la sonda periodontal ha sido debatido por considerárselo un riesgo potencial de daño del sellado mucoso periimplantario. A pesar de ello, este parámetro es ampliamente recomendado por ser la única herramienta clínica con que contamos para determinar la pérdida del sellado y poder detectar clínicamente algún cambio patológico.

·     Algunos resultados estadísticos de nuestro estudio estuvieron cerca del límite para presentar significancia.  Es posible que con un mayor grupo de estudio se hubiera podido demostrar diferencia estadísticamente significante.

 

CONCLUSIONES 

Los implantes dentales ofrecen un tratamiento confiable y predecible en la reconstrucción de sitios edéntulos. 

Bajo condiciones óptimas de procedimiento quirúrgico, carga de fuerzas e higiene, no hay cambios significativos en los tejidos duros y blandos periimplantarios. 

La placa bacteriana por sí misma no tiene influencia significativa en el status del implante. 

La calidad ósea difiere significativamente en las regiones anterior y posterior de ambos maxilares. 

La localización del implante y el tipo de estructura protésica pueden influir en la acumulación de placa bacteriana. 

El tipo de prótesis puede influir en los valores de resorción ósea crestal, la cual disminuye cuando el número de implantes que la soportan aumenta.

 

TABLAS Y GRÁFICOS 

Tabla. 1.

 

D1

D2

D3

Total

Anterior

12.7%

54.9%

32.4%

100%

Posterior

0.0%

21.9%

78.1%

100%

Total

8.7%

44.7%

46.6%

100%

 

* Porcentajes que muestran la relación entre la localización del implante y la calidad ósea.

Grafico 1

 

* Porcentajes de acumulación de placa en regiones anteriores al final del primer año.

 

Grafico 2

 

*Porcentajes de resorción ósea mesial en regiones anteriores y posteriores al final del primer año.

 

Grafico 3

 

* Porcentajes de resorción ósea distal en regiones anteriores y posteriores al final del tercer año.

 

Grafico 4

 

* Porcentajes de los valores de resorción ósea mesial en maxilares superiores al final del segundo año.

 

Grafico 5

 

* Porcentajes de los valores de resorción ósea mesial en maxilares inferiores al final del segundo año.

 

BIBLIOGRAFÍA 

  1. Lazarof S., Hobo, S., Nowzari, H. The immediate load implant system: Esthetic implant dentistry for the 21st century. Quintessence, Tokio 1998.
  2. Albrektsson T., Zarb, G. A., Worthington P., et al. The long-term efficacy of currently used dental implants: a review and proposed criteria of success. Int J Oral Maxillofac Impl 1986; 1: 1-25.
  3. Misch E., C Bone Density: A Key Determinant for Clinical Success. Chap. 8. Contemporary Implant Dentistry, second edition. Carl E. Misch. Editorial Mosby 1999; 109-118.
  4. Misch E., C. Endosteal Implants for posterior Single Tooth Replacement: Alternatives, Indications, and Limitations. J Oral implantol. 1999; 25(2): 80-94.
  5. Carranza F., A., Sznajder N., G. Factores que favorecen la acumulación de placa. Capítulo 5. Compendio de Periodoncia. Quinta Edición. Editorial Médica Panamericana.1996; 39-47.
  6. Korioth T., W., P., Chew C., B., W., Chung D., H. Effect of implant number on transverse bending moments during simulated unilateral loading of mandibular fixed-detachable prostheses. J Oral Implantol 1998; 24(2): 93-96.
  7. Meffert R., M. Hygiene and soft tissues management: The Doctor’s perspective. Chap 20, Babbush, C., A. Dental Implants The Art and Science. W.B. Saunders Company 2001; 445- 460.
  8. Misch E., C. Divisions of available bone. Chap. 7 Contemporary Implant Dentistry, second edition. Carl E. Misch. Editorial Mosby 1999; 89-108.
  9. Lekholm U., Zarb G., A. Patient selection and preparation. Brånemark P., I., Zarb G., A., & Albrektsson T. Tissue-integrated prostheses: osseointegration in clinical dentistry. Chicago. Quintessence First edition 1985; 199-209.
  10. Esposito M., Hirsch J-M., Lekholm U., Thomsen P. Biological factors contributing to failures of osseointegrated oral implants. (1). Success criteria and epidemiology. Eur J Oral Sci 1998; 106: 527-551.
  11. Misch E., C. The Implant Quality Scale: A Clinical assessment of the Health-Disease Continuum. Chap. 3 Contemporary Implant Dentistry, second edition. Carl E. Misch. Editorial Mosby 1999; 21-32.
  12. Steflik D., E., Koth D., L., Robinson F., G., McKinney R., V., et al. Prospective investigation of the single crystal sapphire endosteal dental implant in humans: Ten-year results. J Oral Implantol 1995; 21(1): 8-18.
  13. Bapoo-Mohamed K. Post-insertion peri-implant tissue assessment: A longitudinal study. J Oral Implantol 1996; 22(3-4): 225-231.
  14. Manz M., C. Factors associated with radiographic vertical bone loss around implants placed in a clinical study. Ann Periodontol 2000; 5(1): 137-151.
  15. Weber H., P., Crohin C., C., Fiorellini J., P. A 5-year prospective clinical and radiographic study of non-submerged dental implants. Clin Oral Implants Res 2000; 11: 144-153.
  16. Behneke A., Behneke N., d’Hoedt B., Wagner W. Hard and soft tissue reactions to ITI screw implants: 3-year longitudinal results of a prospective study. Int J Oral Maxillofac Implants 1997; 12: 749-757.
  17. Misch E., C. Dental Evaluation: Factors of Stress. Chap. 9. Contemporary Implant Dentistry, second edition. Carl E. Misch. Editorial Mosby 1999; 119-134.
  18. Holmes D., C., Loftus J., T. Influence of bone quality on stress distribution for endosseous implants. J Oral Implantol 1997; 23(3): 104-111.
  19. Ko C., C., Kohn D., H., Hollister S., J. Micromechanics of implant/tissue interfaces. J Oral Implantol 1992; 18(3): 220-230.
  20. Lum L., Osier J.,F. Load transfer from endosteal implants to supporting bone: An analysis using statics. Part one: horizontal loading. J Oral Implantol 1992; 18(4): 343-348.
  21. Carranza F., A., Sznajder N., G. Compendio de Periodoncia. Chapter 4. Microbiología e inmunología periodontales. Fifth edition 1996. Editorial Médica Panamericana, Buenos Aires- Argentina. 31-38.
  22. Wyatt C., Zarb G. Bone level changes proximal to oral implants supporting fixed partial prostheses. Clin Oral Impl Res 2002; 13: 162-168.
  23. Pham A., N., Fiorellini J., P., Paquete D., Williams R., C., et al. Longitudinal radiographic study of crestal bone levels adjacent to non-submerged dental implants. J Oral Implantol 1994; 20(1): 26-34.
  24. Buser D., Weber H., P., Brägger U., Balsiger C. Tissue integration of one-stage ITI implants: 3 year results of a longitudinal study with hollow-cylinder and hollow-screw implants. Int J Oral Maxillofac Implants 1991; 6(4): 405-412.
  25. Tangerud T., Grønningsæter A., G. Fixed partial dentures supported by natural teeth and Brånemark system implants: a 3-year report. Int J Oral Maxillofac Implants 2002; 17(2): 212-219.
 

Autor:

 

Publicidad
 
 

 

 
 

Inicio    │    Artículos para pacientes    │    Artículos para Odontólogos    │    Eventos Dentales    │    Políticas de Uso    │    Consultas Online

 

CONTÁCTENOS

Guayaquil Ecuador

 

Copyright © 2003 - 2013

Prohibida su reproducción parcial o total sin autorización escrita.

 
 

Con el respaldo de www.medicosecuador.com