RESUMEN
Los accidentes traumáticos de los dientes y/o
tejidos de soporte pueden ocurrir a cualquier edad; sin embargo, la prevalencia
de traumatismos en niños de un año de edad es muy baja y cuando ocurren, se
relacionan principalmente con lesiones por luxación. Las fracturas coronarias o
radiculares son extremadamente raras. El presente caso reporta la fractura intra-alveolar
ocurrida en un niño de un año y un mes de edad, debida a un accidente
traumático, cuando, antes de la erupción dentaria, la pieza 7.4 sufrió fractura
complicada de la corona involucrando sus superficies vestibular, oclusal, mesial
y lingual; la fractura de la superficie vestibular se extendió hasta el área de
la furca y, además, se encontró fractura radicular longitudinal de la raíz
mesial. No hubo concordancia entre los resultados diagnósticos del examen
clínico y radiográfico y las lesiones de fractura que fueron evidentes una vez
que el molar fue extraído y analizado. La severidad de las lesiones sufridas por
el mencionado molar fue mucho mayor que la diagnosticada inicialmente.
ABSTRACT
Traumatic injuries to the
teeth and/or supportive structures can occur at any age; however, the
prevalence of these traumas in one-year-olds is very low, and when it occurs, it
is related primarily to luxations, and the coronary or root fractures are very
rare. This case is about an intralveolar fracture in a thirteen-month-old boy
due to a traumatic accident, where the molar 7.4 suffered, before dental
eruption, a complicated fracture of the crown, involving the vestibular,
occlusal, mesial and lingual surfaces; the vestibular fracture went all the way
into the fulcrum; there was also a longitudinal fracture of the mesial root.
There was not correlation between the clinical results of the clinical and
radiographic examinations with that of the real lesions actually found when the
7.4 was removed. The severity of the lesions was actually greater than expected
according to the initial diagnosis.
INTRODUCCIÓN
Aunque personas de cualquier edad pueden sufrir traumatismos dentarios, la
mayoría de las lesiones traumáticas ocurridas en los dientes o tejidos de
soporte de la cavidad oral se producen en niños (1,2,3)
Al
igual que las piezas permanentes, las primarias o temporales también son
susceptibles de sufrir traumatismos. Los dientes más frecuentemente afectados
son los incisivos centrales y los incisivos laterales superiores para ambas
denticiones (4, 5, 6). Los traumatismos suelen afectar uno o dos dientes (6, 7).
Se ha encontrado que en niños de 5 años de edad la incidencia de lesiones
traumáticas es ligeramente más alta en varones que en niñas (8).
Las
causas de los traumatismos dentarios son de naturaleza compleja, y están
influenciadas por diferentes factores, entre los que se incluyen la biología
humana, el comportamiento y el medio ambiente (9).
En
cuanto a las edades y causas más frecuentes de traumatismos en la edad
preescolar, se ha encontrado que durante el primer año de vida las
lesiones traumáticas son muy poco frecuentes, y que cuando ocurren, se
relacionan principalmente con caídas del niño(a) desde el coche, cuna o andadera
(4). Otra causa trágica de lesiones bucales en niños pequeños se
manifiesta con el niño(a) agredido(a), cuando éste(a) ha sufrido serios
maltratos físicos. (10)
La frecuencia de las lesiones por trauma aumenta cuando el niño(a)
empieza a desarrollar sus destrezas motoras tratando de movilizarse por sí
mismo, y es aún más alta cuando además de caminar empieza a correr, porque
carece de experiencia y coordinación motora en el movimiento (4,6). En estas
condiciones los traumatismos se relacionan principalmente con lesiones
producidas por caídas durante los juegos propios de la infancia, por choques
contra objetos o por el uso de la bicicleta (7) y, más recientemente, por el uso
de la patineta o el scooter.
Así, el mayor número de lesiones traumáticas en la dentición primaria ocurre,
según reportan algunos investigadores, entre los 12 y los 36 meses de edad (6-7)
con un pico máximo de edad de ocurrencia de entre los 18 y los 24 meses (7).
Respecto de la incidencia anual promedio de los traumatismos en la edad
preescolar, otros autores afirman que el pico de incidencia ocurre entre los 24
y los 36 meses de edad (11).
Contrariamente a lo que podría esperarse, en la dentición primaria las lesiones
más prevalentes son las luxaciones y no las fracturas (8). De acuerdo con lo
anterior, se ha reportado que en piezas temporales casi el 70 % de todas
las lesiones corresponden a concusiones, sub-luxaciones o luxaciones (6). La
alta frecuencia con la que ocurren las luxaciones en la dentición temporal puede
ser explicada por la plasticidad intrínseca del hueso alveolar de los niños(as)
pequeños, que se diferencia del hueso alveolar más denso de los niños (as)
mayores. En estos últimos se produce la estabilización del diente en el alvéolo
dentario. La pieza permanente se vuelve así más susceptible de sufrir fracturas
que la temporal (5). En orden descendente, el segundo lugar en este tipo de
lesiones es ocupado por las fracturas coronarias, con aproximadamente un 20% de
prevalencia, seguido por las exarticulaciones con un 7%.
Las
fracturas radiculares son las menos prevalentes de todas las lesiones ocurridas
tanto en la dentición primaria como en la permanente, con tan solo un 1% de
todos los casos reportados para ambas denticiones (6).
Ya
a los 5 años de edad las lesiones traumáticas son tan frecuentes, que se calcula
que aproximadamente un 33% de los niños de esta edad han sufrido lesiones
traumáticas en las piezas primarias (8), y que un tercio de todos los niños y
una cuarta parte de todas las niñas sufrirán un traumatismo antes de dejar la
escuela primaria (7). En relación con los lugares más frecuentes donde ocurren
los accidentes que producen los traumatismos, tres cuartas partes de las
lesiones suceden en la calle y una cuarta parte, dentro de la casa o del centro
educativo (7).
Las
fracturas dentales han sido clasificadas de acuerdo con una variedad de
factores, tales como etiología, anatomía, patología o consideraciones
terapéuticas (8). De acuerdo con la clasificación adoptada por la Organización
Mundial de la Salud en su “Application of the International Classification
of Diseases to Dentistry and Stomatology” (12) los daños a
los tejidos dentarios duros, a la pulpa y al proceso alveolar se pueden
clasificar en la siguientes categorías:
-
Fractura de corona y raíz.
Ésta puede ser complicada o no, dependiendo de
si existe o no exposición pulpar
-
Fractura de raíz
-
Fractura del proceso alveolar que involucra el alveolo dentario
-
Fractura del proceso alveolar maxilar o mandibular (4)
Independientemente de la causa del traumatismo, la severidad y el tipo de
lesión sufrida determinarán el tratamiento indicado (2).
Los
traumatismos en los dientes de los niños (as) presentan problemas singulares de
diagnóstico y tratamiento. El diagnóstico de la extensión de la lesión que se
produce después de un golpe, generalmente es difícil y, a menudo, el profesional
no llega a una conclusión clara. Esto se debe a que el traumatismo dentario es
invariablemente seguido por una hiperemia pulpar, cuya extensión no siempre
puede ser determinada por los métodos diagnósticos tradicionales. La congestión
y alteración del flujo sanguíneo pulpar puede ser suficiente para iniciar
alteraciones degenerativas irreversibles, que producirán posteriormente
necrosis pulpar. Además, los vasos apicales pueden haber sido seccionados o
dañados e interferir en el proceso normal de recuperación (13). El odontólogo
debe descartar toda posibilidad de una pulpa degenerativa o una reacción adversa
de los tejidos de sostén como resultado de un traumatismo previo (13).
Las decisiones diagnósticas y de tratamiento pueden complicarse por el hecho de
que, por lo general, los niños(as) menores de tres años que han sufrido
traumatismos dentales, se presentan al consultorio dental para ser tratados
sólo después de varias horas o días de ocurrido el accidente, especialmente si
han sufrido lesiones en otras partes del cuerpo (4).
Debido a la proximidad del germen dentario de la pieza permanente, el
tratamiento del diente traumatizado temporal, deberá realizarse a la mayor
brevedad posible (14). El efecto del traumatismo sobre el diente temporal en
relación con el permanente, dependerá del estado de desarrollo de la pieza
permanente, del origen y la extensión de la lesión en la pieza primaria y de la
duración aproximada que se espera que la pieza primaria traumatizada tenga en
boca (5).
Las
lesiones ocurridas en los molares posteriores incluyen fracturas cuspídeas,
fracturas coronarias y luxaciones laterales. Estas fracturas afectan con
frecuencia sólo la corona clínica y, usualmente, la colocación de una corona
completa es el tratamiento indicado; en el caso de las temporales el
tratamiento indicado sería la colocación de una corona de acero cromado. Las
fracturas coronarias pueden extenderse o no al área radicular.
En
este caso, si está indicado, en los molares permanentes se puede realizar la
terapia pulpar para intentar preservar parte o la totalidad del molar (1).
Las
fracturas complicadas corona-raíz presentan serios problemas para su resolución
debido a la naturaleza compleja del trauma. La mayoría de estas fracturas
ocurren por un impacto horizontal (15). La línea de la fractura
usualmente es única, pero se pueden producir fracturas múltiples generadas desde
el fondo de la primera fractura (15). Una fractura de este tipo, si permanece
por un tiempo prolongado sin tratamiento, trae como consecuencia cambios
inflamatorios en la pulpa y en el ligamento periodontal, y dolor cuando los
segmentos fragmentados de la pieza se movilicen con la masticación (15).
El
odontólogo cuyo consejo se busca después de un traumatismo, está en la
obligación de tratar al paciente con todos los medios a su alcance, o de
referirlo inmediatamente a un especialista (13).
REPORTE DEL CASO
Se
presenta a la consulta privada de una clínica especializada en Odontopediatría
en San José de Costa Rica un niño de 1 año y 8 meses de edad, referido por un
odontólogo general de la provincia de Guanacaste, lugar donde el paciente
reside.
La
madre que lo acompaña refiere como queja principal:
“
Muela de abajo dañada, está con dolor”
ANTECENDENTES MÉDICOS:
El
paciente ha sido un niño sano, a excepción de episodios esporádicos de
enfermedades respiratorias relacionadas principalmente con bronquitis y
principios de asma.
En
la historia médica destaca el hecho de que cuando el niño estaba aprendiendo a
caminar y contaba con 1 año y un mes de edad y se encontraba en su casa de
habitación en compañía de su madre, tropezó y se dio con el filo de una puerta
de madera. Se golpeó el lado izquierdo de la cara y de la cabeza. Como
consecuencia de dicho golpe, el niño perdió el conocimiento y fue trasladado al
hospital más cercano para su valoración clínica. Allí estuvo en observación y
fue dado de alta 24 horas después.
EXAMEN CLÍNICO:
El
examen clínico se llevo a cabo después de haber limpiado los dientes del niño
con un rodillo de algodón humedecido en agua.
El
paciente presenta 16 piezas dentales erupcionadas en su cavidad oral: 8
incisivos, 4 caninos y 4 primeras molares temporales superiores e inferiores. La
relación molar es normal, no se observan patologías en los tejidos blandos. Al
examen de los tejidos duros se encuentra que tanto los incisivos superiores como
los inferiores están sanos; hay lesiones cariosas incipientes en 6.4 y 8.4; y
la 5.4 esta sana. Al examinar la pieza 7.4, se encuentra el siguiente aspecto
clínico:
Apariencia clínica del
primer molar inferior izquierdo mandibular |
|
EXAMEN RADIOGRÁFICO:
Radiografía periapical del primer molar
inferior izquierdo mandibular |
|
Molar 7.4 |
Se
observa la imagen de fractura coronaria vertical longitudinal, justo en la mitad
de la corona clínica. Por debajo de la imagen de la fractura, en la zona de la
furca interradicular es posible apreciar una lesión de tipo inflamatorio, con
zona de moderado tamaño y radiolucente, imagen compatible con diagnóstico de:
absceso interradicular. En distal, apical del ápice, se observa una pequeña
zona de radiolucencia, de límites difusos, imagen compatible con un absceso
periapical. Llama la atención la zona de radiolucencia de forma redondeada de 2
mm de diámetro, zona de límites muy definidos, no corticalizados, con imagen de
ligera calcificación en su interior, ubicada en la zona de furca interradicular.
Esta imagen es compatible radiológicamente con: germen dentario de la pieza 3.4
o quiste de origen odontogénico.
- Pieza 7.5
Próxima a erupcionar, espacio pericoronario moderadamente ensanchado.
ANTECEDENTES DE HISTORIA DENTAL
Para proceder a elaborar el plan de tratamiento, la madre fue interrogada
acerca de algunos aspectos básicos de la historia dental pasada:
Con
respecto a los hábitos actuales de alimentación, el paciente utiliza el biberón
en la actualidad, principalmente en horario nocturno: antes de dormirse y de
madrugada. Siempre que utiliza el biberón, se agrega una cucharada de azúcar al
líquido que éste contenga, que por lo general es leche.
En
cuanto a los hábitos de higiene oral, los dientes del niño sólo son cepillados
ocasionalmente, y casi nunca antes de irse a dormir.
Al
momento del accidente traumático, los únicos dientes presentes en la cavidad
oral eran los 8 incisivos centrales y laterales superiores e inferiores. La
erupción de los molares inferiores se inició dos meses después del accidente,
cuando el niño contaba con 1 año y 3 meses de edad.
La
madre refiere que desde que se inició la erupción del 7.4 el niño presentaba
molestias y “picazón” en la zona inferior izquierda, dolor al masticar con el
lado izquierdo de la boca y que el referido molar, desde que inició su proceso
de erupción, parecía tener un aspecto diferente a los demás molares que
erupcionaban al mismo tiempo. En vista de las molestias, el paciente fue llevado
a un consultorio particular en la provincia donde reside. El odontólogo optó,
después de examinar al paciente clínicamente, por referirlo con el
odontopediatra para el tratamiento requerido con un diagnóstico inicial de:
caries dental.
DIAGNÓSTICO:
Basados en los hallazgos
clínicos y radiográficos y en los antecedentes médicos y dentales, se
diagnostica la pieza 7.4 con: fractura coronaria complicada de corona,
localizada en la superficie oclusal, con líneas de fractura que se extienden
hacia las superficies mesial, lingual y vestibular de la corona clínica del
primer molar primario inferior izquierdo.
TRATAMIENTO:
Con el propósito de aliviar
al paciente y preservar la integridad del germen dentario del premolar
succedáneo, se realiza la exodoncia de la pieza 7.4, utilizando para este fin
anestesia local y técnica anestésica mandibular.
RESULTADOS:
Una
vez que el primer molar primario inferior izquierdo fue extraído teniendo sumo
cuidado de no ejercer presión excesiva, se realizó el estudio de la anatomía de
las fracturas sufridas por cada superficie coronaria y radicular, con el
objetivo de cuantificar el impacto del traumatismo sufrido antes de la erupción
dentaria y comparar la validez del diagnóstico clínico y radiográfico con las
lesiones reales sufridas por el 7.4:
Vista oclusal del primer
molar inferior izquierdo mandibular |
|
Se observan tres líneas de fractura en la
corona clínica en forma de “Y”, una de ellas se proyecta hacia la
superficie vestibular, otra hacia la superficie lingual y la última hacia
la superficie mesial. La unión de las fracturas ha producido la separación
de la cúspide mesio-bucal. Además, en varios puntos de la superficie
oclusal son evidentes lesiones cariosas abiertas y también lesiones de
mancha blanca. |
Vista
lingual del primer molar inferior izquierdo mandibular |
|
Se observa una línea de
fractura longitudinal en la superficie lingual de la corona clínica, sin
que sea evidente el desplazamiento de los segmentos fracturados. Esta
línea se extiende hasta llegar a la unión amelo-cementaria. La zona de la
furca permanece intacta. En esta vista mesio-lingual también es visible la
extensa fractura corona-raíz de la superficie mesial, que en su trayecto
de fractura se desvía hacia la superficie lingual de la raíz mesial,
fracturando el tercio apical de dicha raíz. |
Vista
mesial del primer molar inferior izquierdo mandibular |
|
Se observa una extensa
línea de fractura complicada corona-raíz, que se extiende desde el borde
marginal mesial de la superficie oclusal, atraviesa en forma longitudinal
la superficie coronaria mesial, y continua su trayecto a través del límite
amelo-cementario en dirección radicular, para finalmente desviarse hacia
el tercio apical de la superficie lingual de la raíz mesial |
Vista distal del
primer molar inferior izquierdo mandibular
|
|
De las cinco superficies
dentarias analizadas en este molar, la distal fue la única que no se vio
afectada por con fractura coronaria ni con fractura radicular. |
Vista
vestibular de la corona clínica del primer molar inferior izquierdo
mandibular |
|
La superficie vestibular
muestra una línea de fractura longitudinal con desplazamiento de los
segmentos fracturados, que se origina en la superficie oclusal y se
prolonga a través del surco vestibular hasta el área de la bifurcación
radicular. |
Seccionamiento de los segmentos fracturados del primer molar
inferior
izquiero mandibular a través de las líneas de fractura
coronaria
y radicular oclusal vestibular y mes
|
|
|
|
Vista exterior del segmento fracturado |
Vista vestibular de 7.4 |
Vista interior de segmento fracturado |
TRATAMIENTO
-
Con el fin de evitar el desarrollo de lesiones cariosas futuras y lograr el
adecuado mantenimiento de la salud oral, se instruyó a los padres sobre la
necesidad de implementar una cuidadosa remoción del biofilme dental realizada
por los mismos padres en los dientes de su hijo con una frecuencia mínima de
dos veces al día.
-
Se instruyó a la madre para proceder a la eliminación, en primera instancia,
del uso del biberón nocturno tanto para dormir como de madrugada, para
posteriormente recomendar la eliminación total del uso del biberón.
-
Se informó a los padres sobre la necesidad de cepillar los dientes del
paciente después de que éste ingiera medicamentos por vía oral por bronquitis
o asma, aún en horario de madrugada.
-
Se dio consejo sobre la necesidad de eliminar o al menos limitar al máximo el
agregado de azúcar a la leche y / o bebidas consumidas por el paciente.
-
Se realizaron los tratamientos operatorios y preventivos indicados en los
molares 5.4, 6.4 y 8.4.
-
Debido a la complejidad de las lesiones sufridas y a la amplia zona de
rarefacción periapical diagnosticada radiográficamente, se optó por realizar
la exodoncia de la pieza 7.4, por la imposibilidad de rehabilitarla, y con el
objetivo primordial de evitar infringir daño al germen del permanente
succedáneo. Se procederá a la colocación del mantenedor de espacio de banda y
gasa cuando el segundo molar temporal inferior izquierdo esté presente en la
cavidad oral.
CONCLUSIONES
·
El politraumatismo que exhibe este
primer molar temporal es muy poco frecuente, tomando en cuenta la bajísima
prevalencia reportada por las fracturas radiculares (menos del 1% de todos los
traumatismos ocurridos), y que el presente caso exhibe, además, la combinación
de:
o Fractura
complicada de corona ocurrida intra-alveolarmente, que afecta las superficies
coronarias vestibular, oclusal, mesial y lingual.
o Fractura
radicular de la raíz mesial ocurrida intra-alveolarmente afectando las
superficies radiculares mesial y lingual.
o Fractura
de la superficie vestibular que se extiende hasta el área de la furca.
Todos estos hallazgos tornan
el presente caso como extremadamente inusual.
· La
radiografía periapical es una ayuda diagnóstica que presenta grandes
limitaciones en el caso de dientes traumatizados. En el presente caso clínico
sólo fue posible observar una línea de fractura coronaria en la radiografía
periapical. La radiografía panorámica, muy útil en el diagnóstico radiográfico
de las lesiones traumáticas, estaba contraindicada en este caso por la edad del
paciente, y por lo tanto, no pudo ser utilizada.
· Las
lesiones de fractura permanecieron sin ser diagnosticas intra-alveolarmente por
espacio de dos meses antes de la erupción dentaria y por un período total de
siete meses desde el momento en que se produjo el accidente hasta su
diagnóstico.
· El
diagnóstico de las lesiones fue confuso y tardío tanto para los padres como
para el pediatra y el odontólogo general.
· Debido
a las lesiones de fractura coronaria y a las molestias concomitantes con el uso
funcional de este molar en el proceso de masticación, se favoreció la
acumulación de placa dentobacteriana y la aparición de lesiones cariosas en la
superficie oclusal del mismo molar traumatizado.
· Esta
condición se vio agravada por el uso del biberón, agregado de azúcares y
ausencia de sistematización en los hábitos de higiene oral.
· Existe
una gran discrepancia entre los resultados diagnósticos arrojados por el examen
clínico y radiográfico y la realidad de las lesiones sufridas por el 7.4. La
severidad de las lesiones ocurridas en la realidad fue mucho mayor que la
esperada.
· La
experiencia clínica desarrollada por el profesional en la toma de decisiones
clínicas continúa siendo una herramienta diagnóstica de gran utilidad.
Recomendaciones
-
No es fácil prevenir accidentes en niños preescolares; sin embargo, el
odontólogo debería visitar en su comunidad jardines maternales, lugares
públicos de juegos, etc., para determinar sitios de potencial riesgo e
instruir a los maestros o cuidadores de los niños sobre primeros auxilios en
casos de traumatismo dental.
-
Si consideramos que se calcula que ¾ partes de las lesiones traumáticas
suceden en la calle, el público en general, pero sobre todo los padres de
familia deberían ser educados e informados acerca de cómo proceder en casos de
que su hijo(a) sufra un traumatismo en los dientes o tejidos de soporte.
-
Como por lo general el primer profesional en examinar al niño(a)
traumatizado(a) es el médico o pediatra, se recomienda instruir a estos
profesionales sobre la necesidad de examinar clínicamente los dientes y
tejidos de soporte, para que, en el caso indicado, el paciente sea referido a
la mayor brevedad posible con el profesional en odontología para el
tratamiento correspondiente.
-
Para niños de mayor edad, existen dos enfoques preventivos básicos en la
prevención de los traumatismos dentales en la dentición permanente:
-
Corrección ortodóntica de perfiles propensos a
traumatismos
-
Utilización de protectores bucales para aquellos
pacientes que practican deportes violentos.
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